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El diablo fue destruido


Con el nacimiento de Jesús de Nazaret se dividió la historia, conociéndose las edades como antes de Cristo y después de Cristo. Pero un hecho aún más transcendental ocurrió con su muerte en la cruz: “se dividieron los pactos”.

Cuando Jesús expresa: “Consumado es”; establece el cumplimiento y fin de la ley, y el comienzo
de la Gracia.

Otro de los logros adquiridos con su muerte fue el cumplimiento de una de las promesas que hizo antes de ir a la cruz, cuando dijo:

- “Ahora es el juicio de este mundo: ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.”(Juan. 12:31),

Esto se materializó, cuando en la cruz, Él destruyó a Satanás junto a todos sus principados y potestades. Veamos:

- “Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz…” (Colosenses 2:15) 

Y, otra vez:

- “…él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.” (Hebreos 2:14) 

Por lo tanto, hoy en día tenemos un llamado a entender que Satanás y sus potestades tuvieron su existencia hasta la cruz del Calvario. Pero, Jesús no solamente logró esto para su iglesia, sino que también la trasladó a su reino. Veamos:

“…el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su
amado Hijo…” (Colosenses 1:13) 


Satanás o diablo es una historia del pasado que la religión utiliza para continuar abusando de los creyentes, mantenerlos esclavizados y bajo temor. Cuando, claramente, el creyente, después de la cruz, está posicionalmente en Gracia y por consiguiente, completo, perfecto, bendecido y libre de las tinieblas.